Son varios los motivos por los que una pareja decide consultar a un psicoanalista experto en terapia de pareja. En muchos casos los problemas de celos, la insatisfacción sexual, en ocasiones una infidelidad cometida o sospechada por uno de los partheners, a veces el aburrimiento consecuente entre otras cosas por la monotonía, la ausencia de novedades y la falta de deseo, pueden provocar un distanciamiento sentimental agravado por problemas de comunicación. La pareja no se comunica y cuando lo hace siempre acaba en peleas y discusiones, en conflictos conyugales que en la mayoría de los casos trascienden a los hijos, si los hay y a las familias extensas respectivas.
También encontramos habitualmente la necesidad de solucionar trastornos sexuales sexuales tales como la eyaculación precoz o la impotencia, en el caso de los hombres, o la frigidez y la inapetencia sexual en el caso de las mujeres, trastornos sexuales que pueden acontecer ocasionalmente como un hecho circunstancial producido por una situación específica como una depresión post-parto, o por el contrario aparecer en prácticamente todos los encuentros sexuales de la pareja.
Con la llegada de los hijos muy por el contrario de lo que se piensa, la situación puede tender a complicarse si no se han solucionado los conflictos que les aquejan. Todo el tiempo es para los hijos, ni tiempo para cada uno ni para la pareja, el amor de madre impera sobre el amor de pareja, se deja de tener relaciones sexuales o de manera muy esporádica, y con no mucha pasión y bastante frialdad. La mujer aparentemente se siente completa como madre, aunque nunca está del todo satisfecha. Olvida que también es una mujer. Y el hombre en estos casos suele padecer de fuertes celos, por lo general de manera inconsciente. Se olvidan de que una pareja son dos, de que cada uno debe alcanzar su lugar y su satisfacción, y que los hijos son una parte de la familia, mas no de la pareja.
Las sesiones con psicoanálisis brindan un espacio que muy difícilmente pueden conseguir solos, porque algo ha de cambiar, nuevas palabras, una nueva ideología acerca del amor, la pareja, el sexo, la familia. Se pueden construir otras maneras de relacionarse más satisfactorias gracias a la terapia de pareja.
«Ni huir. Ni arremeter contra nada.
Aprender a conversar tranquilamente eso enseña el amor»