HAY QUE ACEPTAR LA VIDA CON SERENA HUMILDAD
Hay que aceptar la vida con serena humildad, nos decía Freud, la vejez, llega para todos, y no hay que revelarse contra el orden universal. ¿Tienes para comer?, ¿aprecias la compañía de tu mujer, de tu marido, de tus hijos, de tu novio, de tu mascota, aprecias el calor del sol?, ¿has observado crecer las plantas en primavera?, ¿alguna vez tuviste una mano amiga para apretar?, ¿alguna vez te sentiste verdaderamente comprendido por alguien?, ¿has trabajado en lo que te gusta, o simplemente has tenido un trabajo?, ¿tienes a quién amar?, estamos demasiado preocupados por lo que ocurrirá después de nuestra muerte y se nos escapa lo que ocurre ahora, estamos y a la vez no estamos en nuestros encuentros, nos perdemos la vida, los sencillos momentos, los pequeños detalles que son los que verdaderamente dan alegría.
Complicamos muchas veces las cosas sencillas de la vida con pensamientos y reflexiones que no nos llevan a ningún sitio o siempre nos llevan al mismo sitio, de la misma manera. Aún no toleramos que en nosotros mismos vive tanto el amor como el odio, que a una persona que amamos, en algunos momentos también la odiamos y no por eso nos separamos, continuamos juntos conversando sin llegar al drama, para seguir adelante dejando que nuestra pulsión de vida sea mucho más fuerte. Porque no basta con comprender todo, comprender todo no significa que perdonemos todo, comprender no es sinónimo de cambiar, para que algo cambie algo vamos a tener que hacer diferente, porque a pesar de comprender con nuestra razón, inconscientemente podemos seguir no soportando una situación, o un deseo inconsciente, o una hostilidad intolerable que aunque no nos demos cuenta produce efectos sobre nosotros, sobre nuestro ánimo y sobre nuestras relaciones.
El Psicoanálisis nos enseña justo lo que podemos soportar, se ajusta a lo que tú necesitas y a tus posibilidades, y también nos enseña lo que podemos evitar y lo que debe ser eliminado de nuestra vida. Nos dicen los entendidos que querer ser más noble de lo que nuestra condición nos permite, enferma, cuando queremos hacer el bien por doquier, cuando sonreímos constantemente pero lo que deberíamos hacer es poner un límite a ese otro que me ha ofendido o maltratado, cuando no hacemos lo que psíquicamente es conveniente para nosotros y nos dejamos llevar por nuestros gustos, nuestros sentimientos, el estado de ánimo que tenemos ese día, en vez de dejarnos llevar por lo que nos conviene, por los pactos que hacemos con los otros. La inteligencia no es un impedimento para analizarse, el psicoanálisis simplifica la vida, permitiendo tolerar lo inevitable, los finales, el punto.
Susana Lorente
Comentarios recientes